martes, 13 de noviembre de 2007

El vino

NUEVA YORK (Reuters) - Los bebedores de vino tinto ya pueden brindar, puesto que otro estudio exalta otro beneficio de esta bebida: un vaso al día puede prevenir el cáncer de próstata.

tomado de: http://es.noticias.yahoo.com/rtrs/20070523/ten-vino-estudio-cancer-d3877cb.html

Un estudio del Centro de Investigación sobre Cáncer Fred Hutchinson de Seattle halló que el consumo de entre cuatro y siete vasos de vino a la semana reducía las posibilidades de sufrir cáncer de próstata a la mitad. En concreto, los varones que bebían vino tuvieron un 52 por ciento menos de probabilidad de padecer la enfermedad de los que no consumían vino.
El informe, que será publicado en junio de 2007 en la publicación Harvard Men's Health Watch, está basado en un pequeño estudio que examina los factores de riesgo en 1.456 hombres de entre 40 y 64 años, incluido el consumo de alcohol.
"Los primeros resultados parecían similares a los hallazgos de muchos estudios anteriores - no había relación entre el consumo y el riesgo", dijeron investigadores en un comunicado difundido el martes.
"Pero los científicos fueron un paso más allá evaluando cada tipo de bebida alcohólica independientemente. Aquí las noticias fueron sorprendentes - beber vino estaba ligado a un riesgo reducido de cáncer de próstata", añadieron.
El vino blanco tenía menos beneficios que el blanco, incluso con menos cantidades.
Pero, por contra, quienes consumen gran cantidad de cervezas, 35 o más a la semana durante ochos años o más, tienen un mayor riesgo de contraer cáncer de próstata.
Los resultados además confirmaron otros estudios que dicen que el riesgo es mayor entre los hombres con una historia familiar de la enfermedad, que son obesos, fumadores o afroamericanos.
Los investigadores especularon con que la razón era química y podría estar ligada a sustancias como los flavonoides, que están ausentes el otras bebidas alcohólicas.
"Estos componentes tienen propiedades antioxidantes, y algunos aparecen para contrarrestar los andrógenos, las hormonas masculinas que estimulan la próstata", dijo el informe, añadiendo que es un estudio demasiado precoz como para justificar el consumo de vino tinto.
Pero el estudio sigue una cadena de hallazgos de que beber vino con moderación puede tener beneficios saludables.
Un estudio holandés publicado en febrero halló que beber una pequeña cantidad de vino puede alargar la esperanza de vida de los hombres en unos años, mientras que un estudio estadounidense encontró que el vino tino puede proteger el cerebro de daños después de un infarto.
Sin embargo, muchos médicos están poco dispuestos a recomendar beber alcohol, temiendo que los pacientes puedan asumir que si un poco es bueno, mucho será mejor.

CARENCIA DE HIERRO

Tomado del informe mudial de la salud del 2002.
Todos los tejidos del organismo necesitan hierro para las funciones celulares básicas, y este elemento es de crucial importancia para los músculos, el cerebro y los hematíes. La anemia, de fácil medición, se ha tomado como reveladora de una carencia de hierro suficientemente grave como para que afecte a las funciones tisulares. Sin embargo, esta carencia no es la única causa de anemia en la mayoría de las poblaciones. A nivel individual incluso, la anemia puede tener su origen en numerosos factores.
La carencia de hierro es una de las carencias de nutrientes más frecuentes en el mundo, pues afecta a unos 2000 millones de personas (10). Los niños pequeños y las mujeres durante el embarazo y el puerperio son los que más frecuente y gravemente se ven afectados, debido a la gran cantidad de hierro que necesitan durante el crecimiento y la gestación, respectivamente. Pero la carencia de hierro puede prolongarse toda la vida donde la alimentación se compone principalmente de productos de primera necesidad con poca ingestión de carne o donde la población está expuesta a infecciones causantes de pérdida de sangre (principalmente la anquilostomiasis y la esquistosomiasis urinaria).
En los países en desarrollo, aproximadamente la quinta parte de la mortalidad perinatal y la décima parte de la mortalidad materna son atribuibles a la carencia de hierro. Por otra parte, son cada vez más numerosos los datos demostrativos de que la anemia por carencia de hierro en la primera infancia reduce la inteligencia en la infancia media. En su forma más grave originará retraso mental leve. Los datos prueban asimismo que la carencia de hierro disminuye la forma física y la capacidad de trabajo aeróbico, al perturbar mecanismos como el transporte de oxígeno y la eficiencia respiratoria en el músculo.
En todo el mundo, 0,8 millones de muertes (1,5% del total) son atribuibles a la carencia de hierro: el 1,3% de toda la mortalidad masculina y el 1,8% de toda la mortalidad femenina. El número de AVAD es incluso mayor, pues representa la pérdida de unos 35 millones de años de vida sana (el 2,4% del total mundial de AVAD). De esos AVAD, 12,5 millones (36%) corresponden a SEAR-D, 4,3 millones (12,4%) a WPR-B, y 10,1 millones (29%) a África.